DE LAS MARRONES AGUAS DEL RIO OMO, A LAS COLORIDAS PINTURAS CORPORALES DE LAS ETNIAS DEL SUR
Como si de una larga serpiente de un intenso marrón se tratara, aparecen los meandros del río Omo, los cuales atraviesan ondulantes por un territorio yermo, salpicado por algunas acacias y campos de cultivo que rompen la monotonía del entorno, gracias a los verdes y ocres intensos de las plantaciones del muy utilizado falso banano o el amarillo tostado de los campos de Tef, un cereal endémico de Etiopía utilizado para cocinar la tradicional Injera, un manjar para la mayoría del pueblo etíope.
Los mercados en esta remota región, como el pequeño mercado de Dimeka o el gran mercado en Key Afer, son el punto de encuentro de un pueblo ávido por comunicarse con sus semejantes. Las mujeres recorren grandes distancias para poder asistir a este evento semanal, todas ellas ataviadas con sus mejores vestimentas y adornando su cuerpo con innumerables collares y pulseras de cuentas de cristal de decenas de colores distintos.
Frutas de todo tipo, verduras, cereales, calabazas bellamente decoradas, repletas de manteca o miel, coloridos utensilios de plástico, camisetas de estridentes colores, montones de chanclas, cestos repletos de gallinas, cabras balando a su antojo y el ir y venir desorganizado de sus gentes de un lugar a otro, transforman estos mercados en una verdadera explosión de color y vida.
Las mujeres de esta región se caracterizan por su decoración corporal, lo cual las distingue étnicamente entre ellas. También utilizan esta decoración para sentirse atractivas ante el sexo contrario. En el caso de las mujeres Hamer, embadurnan tanto su cuerpo como sus características trenzas, con una mezcla de grasa y arcilla, dándoles un atractivo color rojizo terroso, lo que hace que se mimeticen con los caminos de la misma tonalidad. Otro caso son las mujeres Mursi, conocidas por sus platos labiales que lucen con extremo orgullo; ellas acompañan su decoración corporal con pinturas faciales de un color blancuzco, el cual contrasta con el oscuro color de una piel castigada por las condiciones extremas a las que se han visto expuestas desde su nacimiento.
El día parece estar ya cansado y mientras decide ir a recogerse, nos regala en este momento final, un espectáculo único e inigualable de luz, sombras y exquisitas sensaciones visuales.
Es fascinante el sur de Etiopía. El rio Omo y las distintas tribus del sur Nyanghaton, caro etc. De verdad es maravilloso. El norte con la libela, igualmente precioso.
Toda la razón Angel, es un destino con momentos y viencias únicos